La Gran Lubina Atlántica desembarca en Valencia de la mano de Aquanaria

El océano Atlántico es un hábitat único caracterizado por aguas limpias, cristalinas y oxigenadas. Todo ello es por esta zona soporta fuertes vientos dominantes del nordeste y corrientes turbulentas, lo que provoca que estas aguas estén permanentemente batidas y renovadas, generado de este modo el escenario perfecto para la crianza de la Gran Lubina Atlántica Aquanaria.

 

Además de su gran talla, destaca por su textura firme y tersa, lo que convierte en pescado de gran jugosidad. Esto se debe sobre todo porque al estar continuamente nadando en las aguas bravas del Atlántico, gran parte de la grasa se infiltra en el músculo de manera similar a lo que ocurre con la grasa del cerdo ibérico, criado en la dehesa.  A esto se suma su sabor yodado, suave, delicado y limpio.

La lubina salvaje es uno de los productos más apreciados en las cartas de los restaurantes, pero también uno de los más complejos de pescar, no sólo por la complejidad de su pesca, sino también por las estrictas normativas que existen al respecto. Ante esta situación, un producto gourmet, poco a poco, se ha ido consolidando en las últimas décadas como una propuesta alternativa de gran calidad, se trata de la Gran Lubina Atlántica Aquanaria, que se cría en las aguas bravas de las Islas Canarias y que ayer se presentó al sector gastronómico valencianos de la mano de los cocineros Alejandra Herrador y Emanuel Carlucci del Restaurante Atalaya* de Castellón.

Los asistentes además pudieron disfrutar de sashimi y ceviche de lubina preparado por el sushiman de Aquanaria, con el objetivo de demostrar que se esta Gran Lubina es la única que posee la certificación de que está libre de anisaki. La degustación se completó con los platos elaborados por Fran Espí, del Grupo La Sucursal, que preparó tartar de lubina, lubina vapor con espárrago blanco yl ubina asada con pil-pil de las cabezas.