Considerado para muchos el mayor descubrimiento del siglo ya comienza a recibir condecoraciones, a la espera de que pueda ser aplicado en todo el mundo gracias al sistema que sus autores han llamado Nazca 2.0. Esta semana La doctora y catedrática de la Universidad Loyola, Mª Genoveva Millán Vázquez de la Torre, Presidenta del Comité Científico del VII Congreso Internacional Científico Profesional de Turismo Cultural de Córdoba, donde fue presentado y expuesto por parte del equipo Salvar Nazca, lo ha certificado como el mejor trabajo (Best Paper) de investigación de todo el congreso, destacando entre las más de un centenar de ponencias presentadas por investigadores de todo el mundo.
En la entrega del galardón, que se producía al terminar el tercer y último día del congreso, la valenciana Ana Mafé García, doctora en Historia del Arte y coordinadora académica del proyecto, explicaba a los presentes la importancia de este estudio “puesto que la transferencia de conocimiento de los antiguos ingenieros de Nazca, pertenecientes a la cultura preinca, hacia el futuro es un hecho. Gracias al Plan Estratégico Integral será posible ayudar a cosechar agua en las zonas hídricas más pobres del sur y levante español, incluyendo el Camino del Santo Grial. Todo ello será posible con la aplicación de sus conocimientos a través del programa Nazca 2.0.”
Por su parte, el director del proyecto, Carlos E. Hermida, manifestaba su satisfacción afirmando que “hemos resuelto uno de los mayores misterios del pasado, pero también hemos descubierto un tesoro para nuestro futuro. Gracias a nuestros ancestros podremos expandir la vida por los desiertos de todo el mundo. Alimentos, bosques naturales, especies en peligro de extinción… La ingeniería del siglo XXI ha comenzado”.
Un misterio ancestral de la arqueología
Las Líneas de Nazca siempre han supuesto uno de los más grandes enigmas de la humanidad, llevando de cabeza a arqueólogos, historiadores e investigadores. Se trata de más de 800 geoglifos precolombinos, que representan figuras como animales y plantas, repartidos en una extensión de unos 1000 km cuadrados en pleno desierto de Nazca, en las Pampas de Jumana, en Perú. Hablamos de 10.000 líneas, con una longitud de más de nueve km. y 30 metros de ancho aproximadamente, por tanto, perfectamente identificables desde el cielo.
Pues bien, parece que, por fin, este misterio ha quedado resuelto y demostrado por el equipo multidisciplinar Salvar Nazca, liderado por el vigués Carlos E. Hermida. El resultado del estudio ha sido presentado en el VII Congreso Internacional Científico Profesional de Turismo Cultural de Córdoba (España), celebrado la semana pasada, del 17 al 19 de febrero, y donde ha obtenido el galardón al mejor trabajo de Investigación, The Best Paper.
El estudio fue presentado en el Congreso de Córdoba por Carlos E. Hermida, director técnico del proyecto, y la doctora en Historia del Arte y coordinadora académica del proyecto, Ana Mafé, en representación del equipo Salvar Nazca en el que también está integrado el ingeniero de Canales y Puertos Xose Manuel Carreira.
Pero vayamos al principio de todo esto. Retrocedamos al año del descubrimiento de las famosas líneas, 1547, un descubrimiento que realizó el conquistador Pedro Cieza de León. Desde entonces han sido numerosas las hipótesis e investigaciones acerca del origen de las mismas. Podríamos citar, entre otras:
Carreteras
Gigantesco Calendario Astronómico
Pistas de aterrizaje de naves extraterrestres
Salvar Nazca, liderado por el español Carlos E. Hermida, resuelve el misterio
En 2012 surgió el proyecto Salvar Nazca, un proyecto de unión de sinergias entre diferentes profesionales e investigadores que lleva realizando trabajos de campo desde hace más de ocho años, con el firme propósito de investigar uno a uno todos los geoglifos y llegar a la conclusión que finalmente han resuelto y demostrado: “Las Líneas de Nazca son un gigantesco sistema de ingeniería hidráulica, un complejo sistema de líneas de riego artificial, una técnica preinca ya conocida como “cosechas de agua”, de forma que convirtió el desierto en una zona verde, visible desde el cielo, un sistema que tiene su aplicación en el mundo actual y salvará a millones de vidas en todo el mundo”, manifiesta Carlos E. Hermida, director del proyecto.
El estudio se efectuó dentro del área en la que se encuentran las Pampas de Jumana en el desierto de Nazca. Ha sido necesario recopilar 3750 imágenes por satélite y se ha creado un mosaico de 75 filas y 50 columnas. La zona abarca un estudio de 2500 kilómetros cuadrados. Cada geoglifo, línea y estructura de la zona ha sido estudiada respetando y cotejando la cartografía oficial del Departamento de Ica.
La investigación está basada inicialmente en la hipótesis del ingeniero peruano Luis Cabrejo, sin embargo Carlos E. Hermida y el equipo del proyecto Salvar Nazca redefine, completa y enmienda dicha hipótesis usando ingeniería inversa, llegando a la conclusión de que las Líneas de Nazca convertían el enorme desierto de Nazca en un gigantesco campo de cultivo, regado en su totalidad en diferentes estaciones del año -según la época de sequía y de lluvias- gracias al avanzado sistema de ingeniería creado por nuestros ancestros.
Según Hermida, las líneas son un complejo sistema que regula el agua y por consiguiente la humedad del terreno por el que circula, y es por eso que su función va mucho más allá de un simple sistema de riego. Estaríamos hablando de un conjunto de sistemas que trabajan cumpliendo varios objetivos:
- Transportan el agua a largas distancias.
- Recogen el agua de lluvia y de escorrentía.
- Distribuyen el agua a lo largo y ancho de todo un desierto.
- Recuperan el agua sobrante.
- Se acumula en depósitos para épocas de sequía.